miércoles, 21 de marzo de 2012


Qué se puede hacer ante un caso de acoso?

Los adultos pueden ser de gran ayuda, aunque a veces resulta difícil ver cuál es el mejor modo de actuar. Si el niño presenta signos de estrés y no estamos seguros de lo que pasa, puede ser que esté siendo acosado.

Todas las escuelas deben contar con estrategias antiacoso; como padres, podemos averiguar si están funcionando y, en caso de que no sea así, buscar el respaldo de otros padres e insistir en que se haga.


Si, finalmente, averiguamos que nuestro hijo está sufriendo acoso, deberemos ofrecerle nuestra ayuda, pero con mucha sensibilidad: ir corriendo a la escuela y pedirles que actúen no es necesariamente la mejor táctica. A los jóvenes, a menudo, les preocupa cualquier movimiento que sus padres pueden realizar y temen sufrir represalias por parte de los acosadores si la escuela toma medidas. Esto en el caso de los adolescentes se complica todavía mas, porque suele ser la etapa en la que menos comprendan el comportamiento o actitudes de sus padres. Por eso es de vital importancia convertirse en su mayor aliado y planear una estrategia conjunta con la que estén de acuerdo.

  • solicitar el apoyo de amigos y otros familiares,
  • mantener una discreta conversación con algún profesor de confianza
  • apuntar a su hijo a clases de auto estima, clases de defensa personal o algún tipo de deporte
  • acudir a su médico y pedir algún tipo de terapia familiar
  • considerar la posibilidad de cambiar de escuela
  • http://adolescentes.euroresidentes.com/2008/11/el-acoso-escolar-entre-adolescentes.html
   
El acosador

Cuando se produce un episodio de acoso escolar, la mayor parte de la atención se centra en la víctima. Sin embargo, hay que prestar atención también al acosador. No todos los acosadores son iguales; los investigadores distinguen, por ejemplo, entre cabecillas, secuaces y observadores silenciosos.

A menudo los acosadores son personas que han sido acosadas anteriormente y pueden sentirse vulnerables y enfadados. En ese caso hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudarles a superar el dolor en lugar de proyectarlo contra otros. No todos los casos de acoso se producen en las escuelas. En realidad puede suceder en cualquier otro sitio, existen ya casos de acoso por Internet que han llevado a su víctima a tomar su propia vida, acoso en lugares públicos e incluso en casa, posiblemente por un hermano mayor o otro familiar.


  • http://adolescentes.euroresidentes.com/2008/11/el-acoso-escolar-entre-adolescentes.html
Los efectos del acoso escolar

No hay duda de que para algunos niños y jóvenes el acoso escolar es la experiencia más estresante de su vida. Algunos llegan a tener tanto miedo que rehúsan ir a clase o buscan excusas para evitar situaciones en las que se pueda producir este acoso. Llevado a un nivel más extremo, el acoso escolar puede, en raras ocasiones, conducir al suicidio, por lo que siempre hay que tomárselo en serio.

Por supuesto, los niños deben aprender a hacer frente a, o simplemente ignorar, ciertos tipos de burlas ocasional, comúnes sobre todo entre los adolescentes. Pero las amenazas físicas, burlas colectivas o insultos continuos son preocupantes y nunca se deberían tolerar.
 
  • http://adolescentes.euroresidentes.com/2008/11/el-acoso-escolar-entre-adolescentes.html
Víctimas de acoso escolar

Algunos jóvenes son más propensos a ser víctimas de acoso escolar que otros. Por ejemplo, los que tienen una característica física que resalta, como los niños con sobrepeso, o los que padecen algún tipo de discapacidad, pueden convertirse en objetivo. También los que son más tímidos o inseguros, y a los que les cuesta defenderse por sí solos, pueden ser vulnerables. Los que son homosexuales o bisexuales o tienen dudas acerca de su orientación sexual, e incluso los que simplemente sus compañeros creen que son gays o bisexuales pueden tener problemas también.

Las víctimas del acoso escolar suelen avergonzarse de lo que les está pasando y se culpan a sí mismos. Es ahí donde los amigos y adultos importantes para la víctima desempeñan un papel importante: las víctimas del acoso escolar necesitan mucho apoyo para ver que no es culpa suya y que se puede hacer algo para ayudarles.
  • http://adolescentes.euroresidentes.com/2008/11/el-acoso-escolar-entre-adolescentes.html

El acoso escolar entre adolescentes
Muchos niños y jóvenes sufren acoso escolar o “bullying”, pero hay muchos tipos diferentes y algunos de ellos son más fáciles de superar que otros. El acoso puede tomar su forma en cualquiera, o varias, de las siguientes situaciones:
  • Burlas e insultos
  • Propagación de feos rumores
  • Escritos amenazantes u ofensivos en emails, posts e incluso, páginas Web
  • Intimidación y violencia.
A menudo hay diferencias de interpretación en relación con algunos de estos comportamientos: lo que para un niño es una pequeña burla para otro puede resultar una intimidación.
  • http://adolescentes.euroresidentes.com/2008/11/el-acoso-escolar-entre-adolescentes.html

lunes, 19 de marzo de 2012

Aspectos físicos:
•  Sexo masculino,
•  Mayor fortaleza física,
Ámbito social y familiar:
•  Dificultades de integración social y escolar,
•  Carencia de fuertes lazos familiares.
•  Bajo interés por la escuela.
•  Emotividad mal encauzada en la familia.
•  Permisividad familiar respecto al acceso del niño a la violencia.
•  Reflejo de cómo ejercen sobre él la violencia.
•  Puede sentir que sus padres o los maestros no le prestan suficiente atención.
•  Ha visto a sus padres o a sus hermanos mayores obtener lo que querían poniéndose bravos o mangoneando a otras personas.
•  El mismo sufre las agresiones de otro chico o de uno de sus hermanos. o aun de sus propios padres.
•  Está expuesto a mucha violencia en el cine. la televisión o en los videojuegos.

  • http://www.psicologoinfantil.com/articuloacosoescolar.htm

Personalidad:
•  Agresivo y fuerte impulsividad.
•  Ausencia de empatía.
•  Poco control de la ira.
•  Percepción errónea de la intencionalidad de los demás: siempre de conflicto y agresión hacia él.
•  Autosuficiente
•  Capacidad exculpatoria. Sin sentimiento de culpabilidad.
•  Bajo nivel de resistencia a la frustración.
•  Escasamente reflexivo/a. O hiperactivo.
•  Incapacidad para aceptar normas y convenciones negociadas.
•  Déficit en habilidades sociales y resolución de conflictos
•  Su evolución en el futuro puede derivar si no se trata hacia la delincuencia o la agresión familiar.
  • http://www.psicologoinfantil.com/articuloacosoescolar.htm

sábado, 17 de marzo de 2012

Resolución de conflictos
Pese a que la figura del acoso en general atiende a un concepto de negación del conflicto al tratarse de un maltrato soterrado (incluso para la víctima, pues a ella le declaran la guerra en secreto, nunca abiertamente), tal vez podría hablarse de conflicto para simplificar el acercamiento a la materia. Y es que el conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en determinadas condiciones puede conducir a la violencia. Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando. Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:
  • Definir adecuadamente el conflicto.
  • Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia.
  • Diseñar las posibles soluciones al conflicto.
  • Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo.
  • Llevar a la práctica la solución elegida.
  • Valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el procedimiento para tratar de mejorarlos.
Una buena idea puede ser la de ir escribiendo las distintas fases del proceso, para facilitar su realización. En los programas de prevención de la violencia escolar que se están desarrollando en los últimos tiempos, se incluyen la mediación y la negociación como métodos de resolución de conflictos sin violencia.

Prevención
Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres, de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación.
Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes, y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado.
Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso escolar.

Causas
  • El Entorno Escolar
Se puede dar el caso de que la ausencia en clase de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no han recibido una formación específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la sociedad actual.
  • La Televisión
El mensaje implícito de determinados programas televisivos de consumo frecuente entre adolescentes que exponen un modelo de proyecto vital que busca la aspiración a todo sin renunciar a nada para conseguirlo, siempre y cuando eso no signifique esforzarse o grandes trabajos, constituye otro factor de riesgo para determinados individuos.
Los expertos han llegado también a la conclusión de que la violencia en los medios de comunicación tiene efectos sobre la violencia real, sobre todo entre niños.[cita requerida] Se discute, no obstante, el tipo de efectos y su grado: si se da una imitación indiscriminada, si se da un efecto insensibilizador, si se crea una imagen de la realidad en la que se hiperboliza la incidencia de la violencia, etc.
En conclusión la televisión con alto riesgo de violencia afecta a los niños, en el sentido de querer y tratar ser como ellos.
Causas
  • EL AGRESOR: características psicológicas y entorno familiar
Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva.
La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este.
La presencia de distorsiones cognitivas tienen que ver con el hecho de que su interpretación de la realidad suele eludir la evidencia de los hechos y suele comportar una delegación de responsabilidades en otras personas. Así, normalmente responsabiliza de su acción acosadora a la víctima, que le habría molestado o desafiado previamente, con lo que no refleja ningún tipo de remordimiento respecto de su conducta

La psicología actual, por otra parte, identifica en los acosadores escolares la existencia probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: los derechos de uno deben armonizarse con los de los demás. La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una carencia de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los demás, meros instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo. Algunos autores denominan a este tipo de niño como niño tirano.
El niño mal educado en la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos adquiridos. Ni respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros. Sus frustraciones quizá le lleven a elegir un cabeza de turco. A menudo será aquel compañero que le haga patentes sus limitaciones y carencias, o que, simplemente, le parezca vulnerable.
Intimidación
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.

Amenaza a la integridad
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o mediante la extorsión.
Coacción
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.
El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
Manipulación social
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan las tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe, incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.


Exclusión social
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.

Hostigamiento
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta escala
Bloqueo social
Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación impuesta por estas conductas de bloqueo.
Son ejemplos las prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.

Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.
Tipos de acoso escolar
  1. Bloqueo social (29,3%)
  2. Hostigamiento (20,9%)
  3. Manipulación (19,9%)
  4. Coacciones (17,4%)
  5. Exclusión social (16,0%)
  6. Intimidación (14,2%)
  7. Agresiones (13,0%)
  8. Amenazas (9,1%)
Objetivos y evolución de los casos de acoso escolar
El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, reducir, someter y consumir, emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.
En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, mediante el método de ensayo-error, obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.
Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.
A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc.

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas; es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.
El acoso escolar como bulling, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma seguida a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar.
El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.